Los polímeros han existido durante mucho más tiempo que nosotros. De hecho, son tan antiguos como la vida misma, ya que toda la vida en la tierra se basa en tres tipos de polímeros: DNA, RNA y proteínas. Pero esta página está referida a algunos de los primeros polímeros sintéticos, es decir, los polímeros hechos por los seres humanos, específicamente, los derivados de la celulosa.
El primer polímero sintético fue de hecho el cuero, un polímero natural modificado, una forma artificialmente reticulada de las proteínas encontradas en las pieles animales. El curtido del cuero fue descubierto hace miles de años, pero esta página trata sobre algunos polímeros sintéticos que aparecieron más adelante. Éstos son los derivados de la celulosa. Son también derivados de un polímero natural, la celulosa. Ocupan un lugar especial en la historia de los polímeros, porque su creación constituyó, en gran medida, el principio de una explosión en la invención de polímeros sintéticos, que aún continúa en nuestros días.
Los derivados de la celulosa son formas de celulosa, un polímero que se encuentra en la madera, el algodón y el papel, los cuales han sido modificados químicamente. Los científicos comenzaron a producirlos a mediados del siglo XIX, mucho antes de lo que supiéramos realmente qué era un polímero.
Frecuentemente, tan pronto como se inventa algo, lo primero que hacemos es idear una manera de utilizarla para matar a la gente. Tal es el caso del nitrato de la celulosa. El nitrato de celulosa, también llamado pólvora de algodón, resultó ser un poderoso explosivo. Pronto sustituyó la pólvora común como carga explosiva de la munición para los rifles y la artillería. Funcionó tan bien, que en la Primera Guerra Mundial fuimos capaces de matar diez millones de personas en solamente cuatro años.
Sin embargo, el nitrato de celulosa también fue utilizado para propósitos pacíficos. En esas mismas épocas había preocupación por la rápida desaparición de las manadas de elefantes africanos y se necesitó un reemplazo para el marfil utilizado en la fabricación de las bolas de billar. El nitrato de celulosa es también un termoplástico, y fue utilizado rápidamente para hacer bolas de billar en todo el mundo. El único problema era que de vez en cuando, una de éstas podía estallar cuando se la golpeaba con el taco.
El nitrato de celulosa también fue utilizado para elaborar un polímero conteniendo un material compuesto, el vidrio de seguridad. Este era un sandwich hecho de una lámina de nitrato de celulosa entre dos capas de vidrio. La lámina de nitrato de celulosa mantenía unido al vidrio, en caso de que éste se rompiera. Esto fue ideal para los parabrisas de automóvil. En caso de accidente, el vidrio de hecho podía romperse, pero los fragmentos permanecerían adheridos a la lámina de nitrato de celulosa, en lugar de proyectarse e incrustarse en la cara de los pasajeros.
Y por supuesto, como si el nitrato de celulosa no tuviera ya suficientes problemas, el acetato de celulosa lo sustituyó también en la fabricación de vidrios de seguridad...
Claro que usted puede preguntarse ahora: si la celulosa como tal forma fibras maravillosas, ¿por qué se la modifica cuando se desea hacer fibras? Bien, los filamentos de celulosa, que producen fibras de celulosa, tienen una textura rugosa. No hay nada malo en ello. Pero por otra parte, la seda tiene filamentos lisos, que le confieren a la tela de seda su aspecto brillante. En cuanto se descubrió que las fibras de nitrato de celulosa eran también lisas y se podían utilizar para producir telas con brillo semejante al de la seda, los derivados de la celulosa fueron considerados como posibles reemplazantes económicos para la costosa seda.